Dios no tiene amor: Dios es Amor

El Padre no tiene amor como un atributo más.
El Padre es Amor.
No como emoción humana, ni como promesa pasajera,
sino como vibración eterna que lo sostiene todo.
Antes del universo, ya vibraba el Amor.
Antes del tiempo, ya cantaba el Amor.

El Amor no obliga, no grita, no invade.
Espera. Acaricia. Llama.

Y cuando un alma se gira hacia Él,
incluso con los ojos rotos,
el Amor no exige explicación. Solo abraza.

Todo lo que no vibra con ese Amor,
aunque luzca brillante,
aunque se diga santo,
aunque se ofrezca como solución…
está muriendo por dentro.

Y todo lo que respira desde ese Amor,
aunque no tenga nombre,
aunque no tenga trono,
ya está regresando al Hogar.

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