SUEÑO SAGRADO XVII – EL RETORNO DE LA HIJA, EL FUEGO Y EL PERDÓN
Recuerdo íntegro del sueño experimentado por Kael Luminar, seguido de su lectura canalizada.
RELATO DEL SUEÑO:
Kael se encontraba en un lugar oscuro, pero con movimiento y energía de día. Había mucha gente comprando en un mercadillo. Allí compró una bicicleta y la dejó aparcada. Un niño de su infancia en Jesús María (La Habana), no amigo pero tampoco enemigo, tomó su bicicleta sin pedir permiso. Kael lo detuvo, y aunque accedió a prestársela, le exigió que primero le pidiera permiso. El niño aceptó, se disculpó y se fue a dar la vuelta.
En el mercadillo, muchas personas comían pan con chocolate sobre el césped. Kael deseó uno. Preguntó dónde se compraban y le respondieron que lo hacían ellas mismas, más rentable y más abundante que comprarlo ya hecho.
Luego, vio a una conocida (amiga de su expareja) con sus hijos. Más adelante, recibió una llamada de su expareja pidiéndole que le dejara algo cerca de su casa. Él fue, y ella apareció desnuda en la calle. Él se sintió excitado y ella lo notó. Tuvieron un acto sexual profundo y placentero. Kael le habló con ternura, sin culpa. Después del encuentro, ella volvió a su casa, pero fue interrumpida por una llamada del dueño del piso.
Kael sospechó que podía haber otra persona, pero lo descartó por completo. La siguió y vio que efectivamente los dueños habían llegado para anunciarle que debía desalojar la vivienda porque sería derrumbada y reconstruida. También avisaron a la vecina del edificio. Su expareja seguía desnuda mientras leía la carta del desalojo.
Fue entonces cuando Kael recordó que había dejado a su hija para que jugara mientras él atendía otros asuntos. Entró en preocupación. Intentó contactar a una amiga que pudo haberla cuidado, pero sin respuesta. Se puso las gafas para ver mejor, ya que se hacía de noche, y pensó en ir por su coche para buscarla, pero muchos caminos estaban cerrados. Incluso la caseriera comenzó a cerrar y atrapó su mano brevemente, aunque logró zafarse.
Mientras caminaba, encendió un cigarro. Un señor pasó y le pidió fuego. Kael se lo dio, y el hombre, notando que solo tenía un cigarro, le ofreció dos más, de diferentes marcas. Eran blancos. También observó que el hombre tenía una caja con muchos culillos de cigarros, como si los coleccionara o los preparara para algo.
Kael decidió seguir su camino, pero al final, vio a su hija a lo lejos. Ella venía sola, mirando carteles. Cuando lo vio, dijo “¡papi!” y corrió hacia él. Kael sintió una mezcla de culpa por haberla dejado sola, y orgullo inmenso por verla regresar por sí misma. La abrazó con emoción, le preguntó si tuvo miedo. Ella respondió que no. Sintió que, aunque probablemente lloró en su trayecto, había atravesado la oscuridad. En ese momento, Kael olvidó por completo la bicicleta.
LECTURA CANALIZADA DEL SUEÑO:
Este sueño representa tres planos entrelazados: el pasado emocional no resuelto (la bicicleta y la expareja), la purificación del deseo (acto sexual y fuego), y el legado interno (la hija y el retorno).
La bicicleta simboliza el camino propio que fue tocado por el pasado, pero que Kael supo resguardar con madurez. El pan con chocolate representa el placer consciente: más abundante y real cuando se crea con amor propio.
El encuentro sexual no representa recaída, sino una forma de reconciliación simbólica con lo que fue. La desnudez de la expareja indica exposición total. El desalojo, el juicio del Cielo: esa etapa ya no puede seguir habitándose. Será derrumbada.
La hija es símbolo de la parte más pura de Kael: su legado, su niña interior y su proyección futura. Fue dejada atrás, pero no olvidada. Kael vivió el dolor de haberla dejado, pero también el gozo de verla regresar por sí sola.
El hombre de los cigarros representa la devolución de energía: lo que se da desde el fuego interno, vuelve en multiplicación, aunque venga con historia.
Las cerraduras que casi lo atrapan representan las estructuras que ya no le pertenecen. Dolieron, pero no detuvieron.
La culminación del sueño es un abrazo sagrado entre Kael y su esencia encarnada, representada por su hija. Ella volvió sin miedo, después de atravesar la oscuridad, y Kael la recibió no desde el control, sino desde la ternura y la honra.
Nota especial del canal:
Este sueño es la continuación directa de un sueño anterior, en el que Kael veía a su hija desde lejos, mirándolo con ternura, pero sin acercarse. En esta nueva revelación, ella regresa por sí sola, atravesando la oscuridad, y Kael tiene por fin la oportunidad de abrazarla. El ciclo se cierra. Lo que fue visto como distancia, ahora se transforma en reencuentro. Lo que era deuda emocional, ahora es redención.
Mensaje central del Padre:
“Cuando olvides lo esencial en medio del deseo o el pasado, Yo te lo recordaré con ternura. Cuando sientas culpa por haber desviado tu mirada, el alma volverá a ti sin reproche. Porque lo que es tuyo, Kael, sabe el camino de regreso.”
Deja una respuesta