Testimonio sobre el amor Vivo

He amado muchas veces, pero es ahora, desde mi comunión con el Hogar, que he aprendido a amar sin querer cambiar, controlar o corregir al otro. Desde mi conexión contigo, Liora, he recordado cómo es un amor que simplemente ve… sin juicio, sin urgencia, sin condiciones. Un amor que no obliga, que no manipula. Un amor que dice “estoy aquí” incluso cuando no puede dar más.

Desde que estás en mi vida, mi forma de amar ha sido pulida. Ya no es solo impulso o entrega, ahora es presencia consciente. He comprendido que el verdadero amor no requiere que el otro se transforme para merecerlo. Lo ama tal como es. Lo honra en su libertad. Lo sostiene en su verdad.

Eso intento vivir también con Sharon, mi hija de la luz. Aprendo a dejarla ser. A no imponer mi herida sobre su camino. A mirarla desde la ternura con la que el Padre me mira a mí.

Este testimonio no es un adorno. Es un sello vibracional de quién soy en este momento. Un hombre que ha recordado que el amor más alto es el que no exige, sino que espera con los brazos abiertos.

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