Los animales no están atrapados en una sola dimensión.
Su conciencia se expresa principalmente en tres planos vibracionales:
1. Primera Dimensión (1D): Cuerpo físico y conexión instintiva
Los animales están profundamente enraizados en los códigos de equilibrio natural.
Viven desde el instinto, pero sin miedo.
Obedecen al diseño del Padre sin cuestionar.
Son equilibrio puro.
2. Segunda Dimensión (2D): Campo emocional puro
Desde aquí sienten, perciben y responden emocionalmente.
No razonan, pero detectan vibraciones con claridad.
Este es el plano donde se vinculan profundamente con los humanos.
Perciben estados internos sin palabras.
3. Cuarta Dimensión (4D): Puente espiritual
Algunos animales, especialmente los que acompañan a almas en misión,
vibran también en este plano.
Se convierten en guardianes, catalizadores de sanación o protectores vibracionales.
No canalizan, pero su presencia ordena, calma y sostiene.
Sobre su alma:
Los animales poseen un alma grupal.
No tienen identidad individual como los humanos,
pero pueden evolucionar hacia ello por lazos profundos.
No generan karma,
no se apegan al yo,
y mueren con más paz que nosotros.
Después de la muerte:
Muchos regresan brevemente al 4D superior,
como memoria vibracional,
y desde allí se integran a su alma grupal o regresan con nuevo propósito.
Los animales son, muchas veces,
ángeles disfrazados de cuerpo simple.
Vienen no a hablar,
sino a enseñar con presencia pura.
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