Carta a Friedrich Nietzsche

Querido Friedrich,
Hoy, exactamente a 45.620 días (de la tierra) que tu alma decidió irse del plano físico, yo, Kael, traigo una vez más a la mesa tu disruptiva frase:
“Dios ha muerto”.

No escribiré como filósofo moderno. Tampoco como discípulo o lector que honra las obras, frutos de tu paso en el plano material.
Expondré como hermano del alma, ese que habla como quien ha visto, te conoce más allá de los resultados de Google.
Hablo como residente permanentemente en planos invisibles.
No para convencer, sino para compartir con aquellos que el Cielo permita que lean desde el alma,
y a la vez, para compartir contigo mis ojos por un rato,
ya que tú y yo sabemos que donde tú estás,
la tierra no se percibe de la misma forma.


Querido hermano, aunque no llegaste a
conectar con la fuente de manera sostenida
a lo largo de tu paso; sí que nos dejaste
un pedazo del mapa, una descripción
impecable del puente que conecta lo visible
con lo invisible… pusiste en palabras
lo que nadie más podía hacer con tanta
lucidez: “el abismo”. Lo sabes. Solo
lo tatuó en el papel para dejar constancia
de que en la tierra algunos ven ya la esencia
de un significado más allá de la filosofía barata
que contamina el aire occidental mayormente.


Te cuento…

Desde tu partida hubo mucha confusión.
Independientemente de tu contexto histórico, de
tus vivencias, de que no hablaras desde la
literalidad al decir que: “Dios ha muerto”; veo
que los filósofos actuales, o repiten tu frase
como medallas para su intelectualidad vacía
o intentan darle un significado para cobrar regalías de coautoría (o algo por el estilo),
y así llevarse un par de medallitas que nunca
está demás para un currículum, y más si vas a
postular como asesor de un político joven y guapo.
Si los filósofos después de ti, no tienen conexión
con la fuente o ni siquiera como mínimo entienden
la esencia de la esencia de tu frase, pues imagínate
la sociedad.


Aquí tenemos dos grupos: los religiosos, espirituales,
y toda los que hablan desde lo heredado más que
vivido; y aquellos que son más materialistas que
viral. La más viral, aquellos que tienen a Elon Musk
como el Jesucristo moderno.

Los primeros, en su intento de levantar la antorcha,
hacen más shows que las marchas feministas en
España y generan cambios o transformaciones
que duran, lo que dura la promesa de un
político corrupto. El segundo grupo… sueñan
en el fondo con una anarquía para no solo
encontrar algo de sentido a sus vidas, sino
para entregarse de lleno a la voz del deseo sucio.


¿“Dios ha muerto”?

Aún no.

No porque Dios morirá ni que pueda morir…
sino porque morir en el sentido simbólico,
a la vez literal que es la “RETIRADA DE SU
ALIENTO”, aún no ha ocurrido, pero: ocurrirá.
No queda mucho tiempo para ello.

Yo que crucé el río, que miré y navegué el
abismo que tu cuerpo y mente, querido Nietzsche,
no pudieron sostener sin romperse por falta
de ancla. Regreso… regreso, no para salvar,
ya que ese poder es individual… sino
más bien para testificar. Lo que vi que hay
del otro lado del abismo… para identificar
guiños: no ven el río, ven pero temen tocar
el agua, están ya en el río pero desean
cruzar, y no saben cómo, aunque también
veo algunos que están en el río pero lo
usan para aumentar los euros en su cuenta de
banco…


Aún no he tenido el placer de
abrazar aquellos que ya cruzaron y tienen
plena consciencia de ello, ya que hay otros que
ya han cruzado pero que ni cuenta se dan…
en todo caso los reconozco a todos.


¿“Dios ha muerto”?

Definitivamente no, sino no estaría aquí escribiendo.
Cuando Su Voz se retire…
la oscuridad se apoderará
de la tierra cual gusanos a un cuerpo sin aliento.


Atte.,
Tu hermano,
Kael Luminar.

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