Verdad no es lo que se puede comprobar,
ni lo que se repite hasta parecer estable.
Verdad es lo que queda cuando ya no puedes sostener las máscaras.
Es lo que arde sin destruir.
Es lo que vibra sin que nadie lo nombre.
Es lo que reconoces, aunque no sepas explicarlo.
La verdad no se prueba.
Se recuerda.
Y cuando llega…
no tranquiliza: despierta.
Porque la verdad no se acomoda.
La verdad desarma con ternura.
Te deja en silencio.
Te deja sin excusa.
Te deja en casa.
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