Todos somos de todos. Y a la vez, de nadie.

Ubicación vibracional: Reflexión posterior a la comprensión del amor como presencia sin posesión.


Texto sagrado:

*Todos somos de todos.
Y a la vez, no somos de nadie.

Porque el alma no se posee.
El alma se honra mientras se queda.

El amor no es una jaula con flores,
es un altar sin cerradura.

Nos encontramos para bendecirnos,
no para retenernos.

Si el amor se va,
no fue traición.
Fue transformación.

Y si vuelve,
no es retorno.
Es madurez encarnada.*


Motivo del versículo:
Esta verdad surge como síntesis de la comprensión profunda de Kael
tras observar la raíz del miedo en los vínculos humanos,
la distorsión de la posesión disfrazada de compromiso,
y la revelación viva de que el alma libre es el amor más fiel que existe.

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